TRUMP SE LA JUGÓ (y el cangrejal se vengará, si puede)

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El presidente estadounidense Donald Trump participó el viernes de la manifestación que se hace cada año en Washington contra del derecho al aborto en el país. Es la primera vez que un primer mandatario da un discurso durante una de estas protestas.

En su alocución criticó la decisión de la Corte Suprema de 1973 ante el caso Roe versus Wade -que habilitó el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en el país-, y prometió que defendería el que es el primer derecho consagrado en la Declaración de Independencia: el derecho a la vida.

“El fallo Roe versus Wade ha resultado en una de las leyes de aborto más permisivas del mundo”, dijo Trump ante miles de personas reunidas en el National Mall. “Está mal, tiene que cambiar”, afirmó también sobre los abortos tardíos habilitados en algunos estados.

Donald Trump es el primer presidente en hablar en la marcha que se celebra hace 45 años, a través de una pantalla en vivo vía Skype. El año pasado, apenas una semana después de asumir el cargo, había participado del evento el vicepresidente Mike Pence.

Durante su discurso de este año, Pence -quien es un conocido activista por esta causa con fuertes lazos con los conservadores- dijo que Trump “ha hecho una diferencia en favor de la vida” durante su primer año de mandato y que “es el presidente más pro-vida de la historia de los Estados Unidos”.

Mientras tanto, el gobierno develó el viernes una serie de normas con las que busca proteger a entidades médicas que se nieguen a practicar abortos por motivos religiosos, una posibilidad conocida como “objeción de conciencia”.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS por sus siglas en inglés) delineó la normativa a seguir para proteger a toda entidad que se niegue a aplicar procedimientos, como el aborto, por motivos religiosos.

Además anuló una directriz aprobada bajo la presidencia de Barack Obama que le dificultaba a los estados negarles el programa asistencial Medicaid a entidades de planificación familiar como Planned Parenthood.

La nueva norma busca “garantizar que se cumplan leyes que hasta ahora no se han aplicado a cabalidad”, dijo Roger Severino, un abogado conservador que será director del nuevo departamento. “Estas normas son aspectos estándar cuando se trata de hacer cumplir leyes de protección de derechos civiles”.

Bajo esa ley, los hospitales, universidades, clínicas y otras entidades que reciben fondos de programas del departamento federal como Medicare y Medicaid tendrán que certificar que están obedeciendo unas 25 leyes federales de protección de conciencia y de religión. La mayoría de estas leyes se refieren a procedimientos como aborto, esterilización y suicidio asistido. Cualquier infracción podría acarrear la pérdida de fondos federales”.

https://www.infobae.com/america/eeuu/2018/01/19/donald-trump-hablo-durante-la-marcha-de-los-opositores-al-aborto-y-prom

Nota catapúltica

Obviamente, incluyo en el cangrejal a cardenales, obispos y curas de toda laya. Y también al Capo di tutti capi. Faltaría más.

Tomado de:

http://catapulta.com.ar

Biología, Filosofía y Teología frente a la barbarie del aborto

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Para combatir el drama del aborto con eficacia es fundamental la formación, que la sociedad tome conciencia de lo que es realmente el aborto: un vil asesinato de un ser humano indefenso en el seno materno. El gran pecado del aborto no se puede justificar NUNCA en ningún supuesto y desde ningún punto de vista.

El médico y sacerdote P. Álvaro Sánchez Rueda es autor de varios libros (Milagros Eucarísticos. El Dios del sagrario manifiesta su Amor; María, Madre de Dios; El maravilloso don divino de la vida humana; Adoremos al Cordero; Los nombres de la Virgen María etc). En esta ocasión analiza el aborto desde la ciencia y en consonancia con la Filosofía y la Teología.

Los abortistas argumentan, para justificar el aborto, que no están matando a una persona, sino simplemente eliminando un conjunto de células, ¿Por qué lo afirman?

Las razones por las cuales los abortistas afirman, contra la evidencia científica que dice que el embrión es un organismo diferente e independiente de la madre, que solo es “un grupo de células”, pueden ser varias: porque así pretenden acallar la propia conciencia; porque es la forma en la que mantienen en movimiento la industria del aborto; porque están sinceramente convencidos de ese error… En todo caso, lo que se debe considerar es que, por el motivo que sea, la afirmación es voluntarista, carente de todo rigor científico y contraria a la verdad del embrión humano.

¿Qué dice la Iglesia en relación al momento exacto en el que empieza la vida, en el que ya hay un nuevo ser humano? 

La Iglesia afirma que ya hay un nuevo ser humano desde el momento en que el alma se une al cuerpo. ¿Cuándo sucede esto? En el instante de la fecundación, puesto que allí el alma, creada por Dios, es unida al cuerpo, que en este estadio está formado solo por una célula. En la Declaración sobre “la práctica del aborto” De abortu procurato (n. 12), y también en Evangelium Vitae (n. 60), se afirma precisamente esto, que “la vida de la persona humana se inicia en el momento de la fecundación y este proceso inicia a su vez en el momento en el que el espermatozoide se adhiere al revestimiento extracelular del ovocito, la zona pelúcida”

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No condenar, ni condonar

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Romano Amerio hace la radiografía de nuestros días:

El mundo civil, que llevaba la impronta de la religión en las costumbres y en la legislación, ha borrado en casi todas partes la huella cristiana: adopción del divorcio y el aborto; legalización de la sodomía y de las relaciones incestuosas; iniciación a las prácticas anticonceptivas introducida por el Estado a la escuela, progresivo desconocimiento de los derechos nacidos de las desigualdades entre los hombres; secularización total de los colegios, la educación, la prensa, el calendario y las obras en tiempos llamadas de misericordia; profesión constitucional del indiferentismo religioso y del ateísmo como base de la comunidad civil; o reducción de los actos públicos de religión a una ritualidad meramente civil frecuentada por creyentes y no creyentes.[1]

En ese contexto es bien sabido que la despenalización del aborto se ha extendido como reguero de pólvora especialmente en los antiguos países de raíz cristiana, y desde ellos, las organizaciones promotoras del aborto lo promueven y buscan su despenalización en todos los demás países muchos de los cuales ceden para contentar las voces que lo reclaman, querer despenalizar el aborto criminal porque son muchas las mujeres que lo reclaman es una aberración y no lo convierte en bueno.

«El problema del aborto provocado y de su eventual liberalización legal ha llegado a ser en casi todas partes tema de discusiones apasionadas. Estos debates serían menos graves, si no se tratase de la vida humana, valor primordial que es necesario proteger y promover”.[2]

La Iglesia siempre ha condenado el aborto como un homicidio a través de los Padres de la Iglesia, Doctores, Romanos Pontífices y Concilios.

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Gran impacto provida de la derrota de Hillary Clinton

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Contra todos los pronósticos, contra el deseo de los supuestos “progresistas” y personas “políticamente correctas”, contra el deseo del feminismo radical de género, el mundo se despertó este martes 9 de noviembre más que con el triunfo electoral del magnate estadounidense Donald Trump, en realidad para los provida, con la derrota de la esposa de Clinton.

Una victoria resonante que le corresponderá a los politólogos y sociólogos explicar pero que no es el fin de esta nota.

Me quiero referir, aún con el calor del resultado, desde la óptica provida, a lo que significa la derrota del Partido Demócrata y de su candidata.

Y significa nada menos que si Trump cumple con su promesa electoral, deberá eliminar los infames abortorios de Estados Unidos. Deberá revisar la legislación que atenta contra los derechos del estatuto jurídico del embrión humano. Deberá prohibir a la multinacional de la muerte con sede en su país, Planned Parenthood, traficante de tejidos de bebés desaparecidos forzadamente-abortados, cómplice en la violación de mujeres, sí mujeres, las mismas que Clinton decía representar.

Y esto no es poca cosa, porque el derecho a la vida es el primero de los derechos, en cualquier democracia y Estado de Derecho. Porque el derecho interno no puede primar sobre el Derecho Internacional de los Derechos Humanos que protege el estatuto jurídico del embrión humano y le reconoce el derecho a nacer.

Así que, con indisimulable satisfacción saludamos a la democracia de Estados Unidos y sobre todo a los esforzados provida, la mayoría de ellos de la minoría de Estados Unidos: mujeres, negros y latinos. No hay progresismo más grande que defender la vida naciente!!!
Salud América y el deseo que Trump cumpla con sus promesas, ya que de lo contrario sería no igual, sino peor que los políticos que con razón, critica. La causa de la vida no admite más demoras!

Carlos Alvarez Cozzi

Tomado de:

adelantelafe.com

‘Queridos provida, Trump merece totalmente vuestro voto’

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Frank Pavone, presidente de «Sacerdotes por la Vida» y Majorie Dannenfelser, líder provida en EEUU, explican las razones por las que el candidato republicano es la mejor opción para aquellos que se oponen al aborto.

A. Martínez-Bordiú

El hospital del Sr. Cardenal. Los abortos, silencios y mentiras del Hospital de Sant Pau

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7 noviembre, 2015

Josep Ramón Pérez es el párroco de Santa Inés en el exclusivo barrio de San Gervasio de Barcelona. Allí llegó en 2002 de la mano del Cardenal Ricard Mª Carles. Con él fue durante varios años Canciller y Secretario General del Arzobispado. Canónigo de la S.E. Catedral es el representante eclesiástico en la Muy Ilustre Administración (MIA) del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau. Josep Ramón Pérez es conocido en los mentideros eclesiales desde tiempo inmemorial por el acróstico que forman las iniciales de su nombre de pila: J.R.

En esa parroquia chic, premio a los servicios prestados al cardenal Carles, puede codearse con ilustres personajillos de la burguesía catalana, de esa que no cree en nada, pero que conserva ese leve barniz de estética católica que permite a J. R. casar –ahora poco, ciertamente-, celebrar los aniversarios y hasta bautizar a los hijos adoptados de algunas lesbianas pijas del barrio. Personajes como Trías, el alcalde de la Ciudad Condal y público promotor del lobby gay, Boi Ruíz, conseller de Salut –el que financia los abortos con cargo a la Generalitat- y el mismo Artur Mas, el President, han pasado por la ilustre parroquia. Todo ello ha creado en el corazón y en la mente de J.R. una serie de dependencias psicológicas y afectivas que han determinado su actuación en el abortista Hospital de Sant Pau durante los últimos años ¡y las últimas semanas!

El pobre se enteró de los abortos en el Hospital de Sant Pau por la prensa en el ya lejano 2010, cuando el diario ABC abrió la caja de los truenos consultando los datos que publicaba periódicamente el Ministerio de Sanidad y que estaban colgados en internet desde hacía más de quince años. En ese momento era el P. Josep Mª Turull el representante en la MIA del Hospital. Sin embargo, Josep Ramón Pérez ya había sido durante muchos años representante del Arzobispo junto con el P. Forcada –médico y miembro de la nefasta Casa de Santiago– y Joan Benito en el patronato del Hospital, donde parece que no se enteró de nada: ni de los abortos, ni de las esterilizaciones, ni de las píldoras abortivas, ni de la nevera de embriones congelados. Estar en el staff siempre conlleva -claro está!- hacer la vista gorda. ¡Y vaya si la hicieron! Sigue leyendo

El Hospital de Al Capone

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31 octubre, 2015

“Se han corrompido cometiendo execraciones, no hay quien obre bien”. (Salmo 52).

El pesebre socio-convergente del Hospital de Sant Pau, cuyo mayor pedigrí es el que le ofrece el Arzobispado de Barcelona, hace aguas. Y las hace de la misma manera que el gángster Al Capone cuando fue cazado por el FBI no por sus crímenes, sino por sus deudas con la hacienda pública. En este caso, con el patrimonio del mismo hospital, en trance de presentar concurso de acreedores.

Alphonse Gabriel Capone comenzó su carrera en Brooklyn antes de trasladarse a Chicago y convertirse en la figura del crimen organizado más importante de la ciudad. Hacia finales de los años 20, Al Capone ya estaba en la lista de los “más buscados” del FBI.

Aunque probablemente nunca fue iniciado en la Cosa Nostra, rápidamente se asoció con la Mafia y se adueñó del hampa de Chicago después de eliminar a todos sus rivales en una serie de guerras. Los enfrentamientos entre las bandas culminaron con el acribillamiento en un garaje de los cinco últimos jefazos de la competencia, el día de San Valentín de 1929. Aunque los detalles de la Matanza de San Valentín aún se discuten, y nadie fue procesado por el crimen, los asesinatos son atribuidos a Capone y sus hombres. Después de deshacerse de sus rivales, Capone siguió enriqueciéndose gracias al tráfico ilegal de bebidas alcohólicas ocasionado por la Ley Seca, y a través de su vasta red clandestina de salas de juego.

No hubo manera de pillar a Al Capone por sus crímenes, así que se le persiguió y se le atrapó por la cuestión fiscal, mejor documentada, y al final consiguieron encarcelarle. Le cayeron 11 años en una prisión federal.

Y ahora resulta que la autoridad judicial ha pillado al Hospital de Sant Pau por lo mismo que enchironó a Al Capone: por el vil metal. No por los abortos, lógicamente, muchos de ellos inequívocamente delictivos, tanto en la antigua como en la nueva ley del aborto. Éstos se remontan a 1987 y no han parado desde entonces: ni los abortos “de alto riesgo” (no sólo médico, sino también judicial) ni por las demás prácticas contra la vida condenadas por la doctrina de la Iglesia. Entre ellas, y no de menor cuantía, el acaparamiento de embriones humanos en neveras repletas… para lo que se ofrezca: que la ingeniería genética humana apenas está en sus cimientos; y un hospital de tanto renombre como el de La Santa Cruz y San Pablo no puede quedarse atrás en esa carrera. Ya se cuidó Al Capone de que la autoría de sus asesinatos y fechorías fuera siempre un secreto. A voces, pero secreto.

¿Cómo es posible que se arme tanta escandalera porque alguien robe tantos o cuantos millones de euros del Hospital? ¡Tampoco hay para tanto! Desde la perspectiva de un católico -no la de Capone-, lo gravísimo, lo intolerable es tener la certeza de que se están practicando abortos y otras inmoralidades en un hospital de la Iglesia. Eso sí que es para poner el grito en el cielo, rasgarse las vestiduras, mesarse las barbas, cubrirse la cabeza de ceniza, vestirse de saco y ayunar a pan y agua mientras siga en pie esa iniquidad.

Pero he aquí que todo el mundo, incluida la jerarquía eclesiástica implicada en el patronato del hospital, vive eso con la mayor naturalidad, sin hacer aspavientos y manteniendo la compostura. “Supieron estar”, acertaron a comportarse. ¡Qué entereza!, dirán de ellos las crónicas.

Y sin embargo, al descubrirse que el hospital está en quiebra porque son bastantes los que se han dedicado a robar y a cobrar (dicen que como en el Palau de la Músic de Barcelona… ¡hay que ver los estragos que está haciendo el modernismo!), da la impresión de que ahora sí que están pasando cosas sumamente graves, ahora sí que se nos hunde el suelo bajo los pies. Y sobre esto decía -en petit comité– el Papa Francisco: “Hay algo que me preocupa. Hay grupos muy, muy pequeños, unas pocas personas, gente muy mayor… No tienen vocaciones, qué sé yo, el Espíritu Santo no quiere que sigan, quizá han cumplido ya su misión en la Iglesia, no sé… Pero ahí están, aferradas a sus edificios, aferradas al dinero… El manejo del dinero… es algo que necesita ser reflexionado”.

Tiempo y motivos han tenido en el Sant Pau para reaccionar, pero el tiempo se les ha acabado… Porque se trataba, a fin de cuentas, de conservar el patrimonio -acumulado durante siglos- y por ello había que estar presentes en los órganos de gobierno al precio que fuese. Y lo han pagado, vaya que si lo han pagado: con la ignominia del traidor, de aquel que vendió la primogenitura por un plato de lentejas. Preocupados no por la moralidad de los actos médicos, sino por mantener el colaboracionismo servil con un poder político amoral y corrupto. Para eso, y no para nobles fines, acabará sirviendo el patrimonio: porque la pervivencia de la institución -piensan- pasa por encima del bien y de la verdad. Es la razón de estado.

¡Pues qué quieren que les diga! De una corporación que ha acomodado la ciencia y la conciencia al descuartizamiento de niños, siempre con espléndidas razones, y que tan inconscientemente está poniendo los cimientos a cualquier aberración genética con embriones humanos, se puede esperar todo: seguro que encontrarán también para ello espléndidas razones. De verdad, estas bagatelas económicas son peccata minuta comparadas con la catadura moral que imponen el aborto y la ingeniería genética con embriones humanos. Por cierto, ¿ha hablado alguna vez en este sentido la representación del Arzobispado de Barcelona en la Muy Ilustre Administración (MIA) del hospital? Parece que, de haberlo hecho, ha sido muy bajito, sin alzar la voz ni descomponer el gesto: para no molestar demasiado, no vaya a ser que se pierdan las prebendas y el estatus.

Como aquellos políticos, policías y magistrados cuya miopía y silencio santurrón disfrazados de prudencia, eran generosamente recompensados por Al Capone. Pero bueno, nosotros, a los que nos empuja la fe a ser providencialistas, creemos que esta crisis del Hospital de San Pablo es una oportunidad de oro para resolver la gran cuestión moral de fondo que éste tiene planteada. Sobre todo la que le tiene planteada a la Iglesia. Si ésta forma parte de su patronato, no puede haber en él abortos. Y si hay abortos en este hospital, la Iglesia no puede formar parte de sus más altos órganos directivos. Éste es un momento excelente para dar carpetazo o para dar el portazo. Extrapolando las palabras del Papa, “qué sé yo, el Espíritu Santo no quiere que sigan, quizá…”

Padre Custodio Ballester Bielsa

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

La “solución” de José Ángel, obispo de Tarrasa

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20 octubre, 2015

Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a plena luz, y lo que escucháis en secreto, pregonadlo desde las azoteas” (Mt 10:27).

El padre Jordi Peña es ahora el nuevo párroco de San Celoni, en el territorio de la diócesis de Tarrasa.  Como tal, debería ser por derecho propio el vicepresidente del Hospital Comarcal, fundado hace más de cuatrocientos años por la Iglesia al objeto de ofrecer caridad y atención médica a los enfermos pobres con el apoyo del consistorio municipal. Con el paso de los años la institución entró a formar parte de la Red Pública Sanitaria de la Generalitat de Cataluña con todo lo que ello conlleva: dinero -y mucho-, pero también esterilizaciones y abortos –de momento, sólo de momento, farmacológicos-.

El P. Ignasi Fuster, el anterior párroco, dimitió en 2011 del Patronato para no hacerse cómplice con su silente presencia de las prácticas antivida del hospital [1.]. Había sucedido en el cargo al P. Luís Pou (q.e.p.d), que nombró representantes de la parroquia en la junta del hospital a unos personajillos –Mariano Perapoch, Ferran Catarineu y Joaquim Prat– a los cuales ni el P. Fuster ni el actual párroco han visto nunca pisar la Iglesia. Más aún, torpedearon desde dentro todas las iniciativas del P. Fuster para enderezar una situación ya descontrolada por la dejadez de los anteriores curas y, como si esto fuera poco, se dedicaron a poner a parir panteras la decisión del párroco de abandonar ese nido de serpientes.

El Obispo de Tarrasa, José Angel Saiz Meneses, informado durante años puntualmente de todo por el padre Fuster, envió consulta a Roma –la pregunta que formuló el prelado la desconocemos- que fue respondida con un “parecer” de la Congregación para la Doctrina de la Fe que mostraba un amplio abanico de posibilidades a elegir: Quedarse en la junta y denunciar los abusos con la intención de eliminarlos, o abandonar la junta explicando por qué, si ya no es posible hacer nada. Pero también se podría continuar para limitar los daños… [2.] En fin, un galimatías monumental que ha llevado al obispo de Tarrasa, al de Barcelona, Martínez Sistach,  y al de San Feliu, D. Agustín Cortés, a escuchar la voz del ingenioso hidalgo de la Mancha y a observarla escrupulosamente: Peor es meneallo, amigo Sancho. Peor es meneallo… Así pues, los hospitales de Granollers y San Celoni (Tarrasa), San Pablo (Barcelona) y San Juan de Dios (diócesis de San Feliu) –moralmente, como poco, todos bajo responsabilidad episcopal-  continúan tan campantes con sus prácticas abortivas y criogénicas, con la única diferencia de que ya no pueden hacer el mal con tanta comodidad como antes, pues ya se les ha visto el plumero. [3.]

El mismo Ignasi Fuster afirmó, tras leer la nota vaticana, que el problema de estos hospitales no era la cooperación material o formal por parte de la Iglesia con los abortos y con las otras prácticas antivida, sino la connivencia con el mal: Se trata -decía- de una connivencia institucional con el mal, y las futuras generaciones se avergonzarán de nuestra tibieza. ¿Cómo puede estar la Iglesia delante de un Patronato amparando graves comportamientos contra la moralidad?  [4.]

El caso que nos ocupa, el Hospital Comarcal de San Celoni, es, si cabe, más patético. El Ayuntamiento de San Celoni, liderado hasta hace poco por el socialista Joan Castaño, y el Obispado de Tarrasa han elaborado nuevos estatutos para el hospital. El cargo de vicepresidente llevaba más de cuatro años vacante tras la dimisión del P. Fuster. El nombramiento de Jordi Peña como nuevo párroco agudizó la situación pues, licenciado en bioética por el Pontifico Instituto Juan Pablo II de Roma, no iba a dejarse manejar con politiqueos inconfesables.

Al final, fue el propio Alcalde de San Celoni, no el obispado, el que proporcionó al P. Jordi los estatutos confeccionados a sus espaldas en el más absoluto secreto. Tal y como profetizamos tiempo atrás, [5.]  los nuevos reglamentos sólo aportan una pequeña pero trascendente novedad: En la nueva junta el vicepresidente será nombrado directamente por D. José Angel Sáiz junto a los vocales laicos como representación eclesial en el Patronato de Hospital.  De esta manera el párroco de San Celoni –el que sea- ya nunca podrá molestar con sus escrúpulos morales ni con sus denuncias a los mismos caraduras de antes, pero ahora con plenos poderes. Ponemos al cura en offside y punto.  Aquí paz y después gloria. Que sean otros los que chuten a portería vacía y nos metan todos los goles que quieran. ¡Y a aplaudir con las dos orejas! La Congregación para la Doctrina de la Fe puede ya respirar tranquila… ¡En Tarrasa han cumplido!

De momento, el P. Jordi Peña se ha curado en salud llamando a consultas al nuevo vicepresidente del patronato, el laico Mariano Perapoch, [6.]  designado por el dedo episcopal de D. José Angel sin más mérito que el de ser amiguete del difunto P. Luis Pou y haber puesto de vuelta y media al P. Fuster cuando dimitió de la Junta. El párroco de San Celoni le conminó a recordar que no se representa a sí mismo, sino a la Iglesia Católica, que debe trabajar para que acaben las prácticas inmorales en la institución y que finalmente deberá dar cuentas a Dios el día del juicio por lo que hizo y lo que dejó de hacer. El bueno del P. Peña le leyó la cartilla

El tal Perapoch, que no pisa la parroquia de San Celoni salvo en los entierros y eventos similares, tuvo la desfachatez de afirmar ante el párroco, sin pestañear siquiera, que en el Hospital de San Celoni se hacían tan solo quince esterilizaciones al año y que nunca, nunca habían dado la píldora abortiva en el hospital. Según él, sólo las dispensan en el Centro de Atención Primaria, con el cual compartirían sólo las instalaciones. ¡Pobrecitos! Otra cosa es que los fines de semana el servicio de urgencias del hospital regale las pildoritas asesinas a capazos y ¡eso sí! Eso sí que lo hace el Hospital en el que está representado –ahora directamente- el Obispado de Tarrasa.

Pero no nos engañemos. Para estos energúmenos meapilosos la píldora del día después no sería abortiva, pues impide la anidación del cigoto, si existe el embarazo. Y como –según esta gentuza torpe y descreída- sólo existe embarazo si hay anidación, impedir la anidación del óvulo fecundado con la píldora no es abortar. ¡Es pura anticoncepción de emergencia! Y el cura debería tragárselo todo, pues en caso contrario, estaría crispando el buen rollete institucional. Ciertamente el P. Jordi no ha tragado, pero está fuera de la partida por voluntad expresa del Sr. Obispo de Tarrasa. El pobre cura sólo podrá gritar ya desde la última fila de la grada. Y es que los fanáticos –curas y laicos- no deben molestar nunca al poder. Hay que neutralizarlos por todos los medios. Para ello, los que detentan el mando se sienten autorizados a engañar, ningunear y mentir para encauzar la situación.

Por todo ello, cobra ahora especial fuerza lo que me escribió el P. Ignasi Fuster cuando leyó –uno de los primeros- la respuesta vaticana a la consulta que hizo el Obispo de Tarrasa en 2011 sobre los abortos y esterilizaciones en los hospitales de Granollers y San Celoni. Ahí va.

“Custodio, he leído con calma la carta y el “parecer” remitido al Sr. Obispo de Tarrasa.

Mis impresiones: hay una cosa clara y es que la situación insta a la actuación… y esto es bueno: se tiene que mirar de cambiar la situación del hospital. Después propone varias salidas… La dimisión del párroco o incluso el cambio de Estatutos… aunque prefiere no perder la presencia en el Patronato, sobre todo de cara a un futuro mejor, y para evitar males y hacer bien. Deja como varias posibilidades abiertas. Pero lo que está claro es que se tiene que actuar. Insiste en que si uno permanece en el Hospital no supone cooperación formal o material. Ciertamente.

Yo no estoy participando con el mal de forma “próxima”. Pero, según mi parecer, sí de forma “remota”, y tratándose de cuestiones tan graves y desde mi situación en el Hospital, “responsable”. Pienso que se tiene que considerar más explícitamente la gravedad moral de los hechos y la naturaleza de mi participación en el Hospital (soy miembro nato). ¿Cómo puedo estar delante de una institución que realiza estas prácticas contrarias a la moral de la Iglesia? Aunque no exista -por el solo hecho de ser vicepresidente- una cooperación con el mal, sí que no es propio estar ahí, pues supone una escandalosa, inadecuada y contradictoria presencia en connivencia con el mal. Me parece que estamos en otro registro moral: connivencia con el mal. Si tengo “representatividad” en una entidad, tengo “responsabilidad” en su actividad. ¿Qué sentido tiene en concreto mantenerse en el patronato esperando un futuro incierto en la época actual con el aborto como derecho? Ahora bien, según la carta, esta decisión definitiva ya corresponde al Ordinario del lugar. Por lo tanto, Custodio, veo alguna carencia (el problema no sería de cooperación sino de connivencia con el mal) en la respuesta, pero “apunta” en una línea de actuación y objeción de conciencia ante los hechos.” Hasta aquí las palabras del P. Fuster, que continúan tan actuales como entonces.

Pues bien, el Ordinario del lugar –José Angel Saiz- ha decidido en unos términos más que dudosos cuatro años después. Ya no se puede alegar ignorancia y si no hay objeción de conciencia –y no hay ninguna-, la connivencia con el mal pasa indefectiblemente a convertirse ¡en colaboración! Y es que la sombra del mariscal Pétain –patrono del colaboracionismo– continúa siendo, tanto ayer como hoy, muy, pero que muy alargada.

Padre Custodio Ballester Bielsa


[1.] http://www.abc.es/20110316/espana/abcp-parroco-dimite-junta-hospital-20110316.html [2.] http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2012/06/la-crisis-resuelta-en-falso.html [3.] http://www.abc.es/20111125/comunidad-catalunya/abcp-hospitales-ligados-iglesia-catalana-20111125.html [4.] http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2012/06/entrevista-mn.html [5.] http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2013/10/el-hospital-de-jose-angel.html [6.] http://www.hsceloni.cat/es/quienes-somos/informacion-corporativa/patronato-de-la-fundacion

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

El Hospital abortista del obispo Meneses

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12 octubre, 2015

El estupor suscitado en el Hospital Comarcal de Sant Celoni por la dimisión de Mn. Ignasi Fuster como vicepresidente de su Patronato, ha entrado en una nueva etapa. El Obispo de Terrassa ha nombrado nuevo párroco, y Mn. Fuster se ha incorporado a la Archidiócesis de Barcelona.

Por razón de su cargo pastoral, el párroco de Sant Martí de Sant Celoni era también vicepresidente nato del Patronato del hospital, cuya presidencia la ostenta el alcalde de la ciudad. El alcalde y el párroco nombraban los miembros del patronato [1]: tres por la parroquia y cuatro por el Ayuntamiento.  El tesorero y el secretario están también en manos de la alcaldía. Y completa la estructura orgánica un código ético [2] que parece salido de la Gran Logia Simbólica de la calle Avinyó.

La Fundación Hospital de Sant Celoni es una fundación privada que tiene una historia que se remonta al siglo XII. Ahora es Centro de Referencia de la subcomarca del Baix Montseny. Está integrado en la Red Hospitalaria de Utilización Pública (XHUP) formada por la mayoría de hospitales públicos de Cataluña, no pertenecientes al Institut Català de la Salut (ICS). Por ello, la mayor parte de su actividad ha acabado estando concertada con el CatSalut. Sigue leyendo

El Hospital abortista del obispo Vives

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2 octubre, 2015

Pedimos a la Virgen que no salga un pueblo dividido sino hermanado de las próximas elecciones, que cesen las mentiras contra nuestro pueblo, que cese la tergiversación de la verdad, que unos y otros recuperen el seny, que Catalunya viva hermanada con los otros pueblos de España y de Europa. (Mons. Vives)

Joan Enric Vives Sicilia, obispo de la Seo de Urgel y copríncipe de Andorra, es un prelado singular por simpático, cercano y populista. De verbo fácil, abierto y dicharachero con casi todos, y excelente amigo de sus amigos. El pobre ha tenido que hacer complicados equilibrios para nadar y guardar la ropa o para bailar la música que tocan sin pisar a la pareja -como él mismo solía decir- en el frágil tema de la posible legalización del aborto en el Principado de Andorra, del que hasta el momento ha salido bien librado[1]. Donde se tira a nadar y de cabeza es en hacer el caldo gordo a los que han tomado partido por la independencia. Eso sí y sin ninguna vergüenza: mentiras contra nuestro pueblo, tergiversación de la verdad sólo en una dirección, los pueblos de España, de Europa y “el nuestro” por separado y al mismo nivel… Y es que siempre juega a caballo ganador. O eso se cree él…

Hace exactamente un año Ara.cat se hacía lenguas de la actitud de Mons. Vives dispuesto, cual nuevo Balduino, a abdicar del coprincipado para no suscribir con su firma una ley abortista[2]. Lo cual, según el diario, le abriría un maravilloso futuro. La configuración política de Andorra exigiría la firma de los dos copríncipes -el presidente francés y el obispo de Urgel- para promulgar válidamente una ley. Así pues, Vives dejaría su cargo para suceder a Martínez Sistach en Barcelona y el nuevo obispo de Urgel tomaría posesión del coprincipado -limpio de polvo y paja- tras la legalización del aborto únicamente con la firma de Monsieur Hollande. Otra jugada maestra de la sesuda diplomacia vaticana: Sí, pero no. No, pero sí… ¡Y tengamos la fiesta en paz! A ver si el tema del aborto va a traer una crisis diplomática inasumible por los achantados monseñores de la Secretaría de Estado. Sigue leyendo

El Hospital abortista del Obispo Jaime Pujol

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24 agosto, 2015

Eres tibio si haces perezosamente y de mala gana las cosas que se refieren al Señor; si buscas con cálculo o “cuquería” el modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que en ti y en tu comodidad; si tus conversaciones son ociosas o vanas; si no aborreces hasta el pecado venial; si obras por motivos humanos. (San Josémaría. Camino, 331)

Estamos sufriendo una auténtica pesadilla. Si alguna obligación tiene hoy la Iglesia ante el mundo, no tiene que ver con cuestiones contingentes como son las económicas o las medioambientales, de las que hace bandera el mundo. Si alguna responsabilidad grave tiene la Iglesia ante las generaciones actuales y futuras, es la defensa de la vida y de la familia: y por consiguiente, de la moral en que se sostienen estos dos pilares en que se cimienta una sociedad sana. Y hablo de la responsabilidad ante el mundo, porque esto lo percibimos con mayor transparencia que nuestras responsabilidades ante Dios.

Y digo que estamos sufriendo una pesadilla, porque aquí en nuestros lares basta abrir la Guía de Servicios Hospitalarios de la Generalidad de Cataluña, para constatar que los hospitales que fundara la Iglesia y que siguen bajo su responsabilidad administrativa (compartida) y espiritual y moral (exclusiva de la Iglesia) se han incorporado a la red hospitalaria del Estado, al que han cedido también, sin presentar batalla siquiera, por pura incomparecencia, el poder espiritual y moral. Y nos duele tanto más, cuanto son obispos supuestamente “de recta doctrina” los que han incurrido en semejante dejación.

Es realmente una pesadilla: porque si hemos de considerar “buenos” a los obispos que consienten que sus hospitales funcionen como abortorios de referencia (los documentos oficiales al alcance de todo el mundo, así lo proclaman), aceptando ese cáncer moral y social por vía de hecho, sin que al parecer les duela la conciencia, ¿cómo serán los malos? Mejor ni pensarlo. Esta vez es el hospital de don Jaime Pujol Balcells, Arzobispo de Tarragona desde 2004.

Profesor de Pedagogía Religiosa en la Facultad Teológica de la Universidad de Navarra (Opus Dei), dirigió en la misma institución docente el Departamento de Pastoral y Catequesis y el Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Asesor de la Conferencia Episcopal en temas de enseñanza y catequesis, fue consagrado obispo y destinado directamente a la sede tarraconense (sede arzobispal) desde su cátedra universitaria. En 2011 fue proclamado por “unanimidad” del Consistorio Municipal, hijo adoptivo de Tarragona. Conviene destacar que el Ayuntamiento estaba gobernado por el PSC. Todo un signo.

Calificado por algunos como afable y cercano -lo cortés no quita lo valiente- su vocación al sacerdocio vino, en palabras del propio Arzobispo, por una petición de San Josemaría el año 1973 para servir de otra manera a la Iglesia y a la Obra. Si se ha distinguido en algo su pontificado en Tarragona, será por su labor discreta y sin concesiones doctrinales –dicen-, pero siempre conciliadora. Como tantos otros… Nadie habla mal de él, se comenta en los mentideros eclesiales. Todo un arte, ciertamente. En especial cuando hay que defender con firmeza posiciones que no coinciden con los que han pretendido y conseguido que el arzobispo se conciliase con ellos.

Es sin duda este talante conciliador de don Jaime, el que nos ha deparado la sorpresa y la decepción. En efecto, las estadísticas anuales de La Interrupción Voluntaria del Embarazo en Cataluña, publicadas el pasado julio por el Departamento de Salud del gobierno autonómico constatan que, desde el 2013 hasta el día de hoy [1] [2] se realizan abortos provocados en el Hospital de Sant Pau y Santa Tecla de Tarragona. Un hospital como el de Granollers o Sant Celoni, el de San Bernabé en Berga o el de San Pablo en Barcelona, participados en su junta directiva por las diferentes canonjías diocesanas. Integrados todos ellos en la Red Hospitalaria de Utilización Pública (XHUP), se han convertido en los esclavitos felices, o más bien en las bien pagás de las políticas abortistas de Boi Ruiz, Consejero de Sanidad de la Generalitat de Cataluña. Para colmo, el Patronato de la Fundación del Hospital está ¡presidido! por el P. Joan Aragonés, en nombre el Sr. Arzobispo D. Jaime Pujol.

A finales del pasado año, el alcalde de Tarragona, el socialista Josep Félix Ballesteros, el arzobispo Pujol y el sacerdotal presidente de la Fundación del Hospital hicieron una declaración de intenciones con motivo del 500 aniversario de la institución sanitaria. Como sucesores de sus fundadores, queremos reafirmar nuestro compromiso, impulsando y favoreciendo un trabajo ilusionado y comprometido a favor de la atención integral a las personas. (declaración “eclesiásticamente” aséptica) [3]. Fotos y parabienes mientras los matarifes del hospital ensangrientan sus manos con la sangre de unos inocentes que no gritan ni votan ni parecen inquietar a los responsables de tal canallada. El mismo P. Aragonés recibió el pasado mes de mayo, muy ufano -con americana y corbata-, en nombre de su hospital, la Creu de Sant Jordi de manos de Arturo Mas por los servicios prestados no a Jesucristo, claro, ni a la Santa Madre Iglesia, sino a la Generalitat de Cataluña. [4]

Hace tan sólo unos meses se despachaba así Joan Aragonés en una entrevista a la Agencia Flama. Con un estilo calculadamente confuso y calculadamente equívoco, el pobre curita afirma, como si no supiera nada de lo que ocurre en su hospital: La Junta del Hospital Sant Pau y Santa Tecla estaba formada por cuatro personas, de las cuales dos estaban escogidas por el Capítulo Catedral y dos por el Ayuntamiento. [5] Las personas escogidas por el Capítulo tenían que tener la conformidad del Arzobispo. Hace unos años se cambiaron los estatutos, para mejorar la gestión y no cargar toda la responsabilidad en estas dos instituciones. Actualmente, las características del Hospital no podrían ser cubiertas por el Ayuntamiento y el Arzobispado, por lo tanto se decidió crear una entidad con personalidad jurídica propia, la Red Sanitaria Santa Tecla, constituida por técnicos. Aún así, siempre se pide la conformidad del Ayuntamiento y del Capítulo. La función que aporta la Iglesia y el Capítulo de la Catedral es puramente representativa. A través mío o del cura que haya, el papel es tanto sólo espiritual.

Sólo espiritual, puramente representativa… ya. Por eso, porque en realidad no le deben ningún favor, recoge usted, padre, personalmente la Creu Sant Jordi de manos del principal financiador del crimen del aborto en Cataluña: Arturo Mas. Por eso hace usted una declaración pública junto a su Arzobispo y al alcalde socialista de Tarragona, diciendo que en el hospital todo el monte es orégano. Por eso se les ha pedido conformidad también para realizar abortos, esterilizaciones y dispensar a capazos la píldora abortiva en el servicio de urgencias. Siempre se les pide el consentimiento… ¡Lo dice usted! Porque su labor es sólo espiritual ¿verdad? Porque ustedes, tan buenos e ingenuos como son, ya no son responsables de nada, porque su función es puramente representativa. ¡Qué tontuna más gorda, qué inocencia más bien calculada! Por la boca muere el pez, señor canónigo. Se les pide el consentimiento siempre: también cuando los políticos deciden agregar su hospital a la red de abortorios de Cataluña.

Los ciudadanos -proclamaba solemnemente el arzobispo Pujol- tienen también unos deberes en relación a las autoridades civiles. Todo ello implica también la obligación de no obedecer en conciencia cuando las leyes de las autoridades civiles se oponen a las exigencias del orden moral: “Hay que obedecer a Dios antes que los hombres” nos recuerdan los Hechos de los Apóstoles. Y ello es especialmente grave si esas leyes van en contra de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural. [6]

¡Qué huecas y lejanas suenan estas palabras que Mons. Jaume Pujol escribió en una de sus cartas dominicales! La realidad abortista del Hospital de Sant Pau y Santa Tecla ha pasado por encima de todos los principios y normas morales que exponía en 2010 el Arzobispo de Tarragona. Ahora hay que obrar en consecuencia. No como lo han hecho los obispos de Tarrasa o San Feliu, Solsona o Barcelona, escamoteando la verdad, manipulando los datos estadísticos y corriendo un tupido velo. Se trata de que el Evangelio de la Vida sea proclamado y aplicado con valentía, pagando el precio correspondiente: Aquí no le van a degollar como en Siria o Irak, Sr. Arzobispo. Simplemente se acabará el buen rollo con la Generalitat y el Ayuntamiento; pero usted tendrá un hospital donde se respete la vida del ser humano en todos los casos.

Pero no perdamos la esperanza. Los católicos creemos en la acción del Espíritu Santo. ¿A cuál de los cinco obispos le llenará de ardor evangélico y evangelizador (porque éste es el meollo de la Nueva Evangelización) para que dé un paso al frente y se plante ante las autoridades políticas del hospital para impedirles continuar con sus prácticas abortistas? ¿Será Pujol? ¿Será Meneses? ¿Será Novell? ¿Será Cortés? ¿Será Sistach? Lástima que ya les pasó a todos ellos la mano por la cara una simple enfermera en Mallorca, que se plantó para impedir que se practicasen abortos en su hospital. Y lo consiguió. [7]

Padre Custodio Ballester Bielsa

[1] http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=18036

[2] enlace

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[4] enlace

[5] enlace

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[7] enlace

El Hospital de Xavi Novell

novell

5 agosto, 2015

Los centinelas de Israel son ciegos. Ninguno quiere saber nada. Todos son perros mudos que no pueden ladrar, vigilantes tumbados amigos de dormir (Is 56, 10)

Es un escandalazo monumental la presencia obsequiosa de la Iglesia catalana en esos antiguos hospitales de “inspiración cristiana” ahora convertidos en Centros de Referencia para la Salud Sexual y Reproductiva y para la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Más de un prelado contemplaba desde la barrera el berenjenal en que estaban metidos los obispos de Tarrasa y San Feliu y hasta el mismo Cardenal de Barcelona con lo de los abortos y neveras criogénicas en sus hospitales. Del Hospital de Sant Pau en Barcelona, del de Granollers, Sant Celoni y San Juan de Dios he hablado en repetidas ocasiones… Y la cosa sigue igual. Pero eso sí, como lo que aquí he denunciado se puede constatar en la web oficial de la Generalitat, estos obispos ya no se pueden hacer los sorprendidos ni los engañados por las autoridades civiles con las que comparten la administración de los hospitales. Ni siquiera les vale ya el pretexto piadoso de que en esos hospitales sólo se practican abortos cuando no hay más remedio. Es evidente la hipocresía con que se actúa, puesto que la Generalitat proclama que esos hospitales están también oficialmente para practicar abortos. Mons. Martínez Sistach, en cambio, fue más allá y pactó en 2012 con Boi Ruiz, Conseller de Sanidad, eliminar de los datos estadísticos de la Generalitat los abortos del Hospital de Sant Pau. Ojos que no ven… 

Mons. Xavier Novell es uno de los obispos a los que la supuestamente buena fortuna colocó en la barrera, a mirar cómo lidiaban los demás el miura del aborto en su propia casa. Fue consagrado obispo de Solsona (Lérida) en 2010. Ha dado mucho que hablar el hombre… empeñado en ser un obispo absolutamente singular. Desde la exhibición desenfadada de sus veleidades independentistashasta la obscena ostentación de sus desaforadas aficiones futbolísticas cantando el alirón barcelonista con unos tifosi beodos,  pasando por su particular endemoniamiento cuando, encantado de su hazaña, se disfrazó de ángel caído para La Patum -la parte profana del tradicional Corpus de Berga-. Tras esos alardes de exhibicionismo tan impropios de un obispo católico, los que tanto esperaban de él lo han arrinconado en una especie de dique seco del que le costará salir… supongo.

Pero los demonios de Mons. Novell han saltado en Berga precisamente. Tanto camelarlos y azuzarlos, precisamente es en esa ciudad, antaño llena de carlistas y ahora repleta del independentismo más casposo, donde un nuevo affaire viene a ensuciar nuevamente su maltrecho currículo. El Hospital Comarcal de San Bernabé, participado en su Patronato por el Obispo de Solsona en la persona de su delegado el P. Marc Majá, desde el año 2011 y hasta el mismísimo día de hoy realiza oficialmente abortos provocados (llamados eufemísticamente “IVE” Interrupción Voluntaria del Embarazo).

Y si se hacen abortos, lógicamente -no vayamos a ser estrechos- también esterilizaciones y píldoras abortivas en el servicio de urgencias. Y seguro que no he sido yo ni el primero ni el único en descubrirlo.

En el opúsculo estadístico editado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña bajo el título “La interrupción voluntaria del embarazo en Cataluña” consta siempre el Hospital de San Bernabé de Berga en la Relación de centros sanitarios que han notificado IVE durante el año. Desde hace ya cuatro años, los demonios verdes de La Patum han conseguido que un hospital en cuyo patronato está representado Mons. Novell se haya convertido en abortista y esterilizador.

Cuando cada año se publican las cifras escalofriantes de los abortos en Cataluña -decía Novell en 2012 cuando a él se le suponía inmaculado-, “¿cómo es que casi todo el mundo calla? ¿Es que no tiene valor la vida de decenas de miles de nonatos eliminados impunemente? ¿Será cierto que los animales tienen tantos o más derechos que las personas? ¿Qué pasa en este país? Pues mire, pasa que es más fácil predicar que dar trigo y que obras son amores y no buenas razones. Y en su hospital, Sr. Obispo, es público y notorio que se actúa en contra del Evangelio y la moral católica. Su representante el P. Majá y usted mismo, señor obispo, deben de dormir un profundo sueño, para el que es preciso previamente taparse fuertemente los ojos y los oídos a fin de desconocer “oficialmente” los datos estadísticos que se publican año tras año.

Los católicos carcas y melifluos que entregan su voluntad y su voto a partidos abortistas, se dan por satisfechos con las declaraciones de intenciones de los señores obispos y los miran con profunda compasión y congoja: Pobres, no pueden hacer nada más, aunque quisieran… O tal vez esperan esas almas cándidas lo que esperaban -los comodones, claro- en la Francia del Mariscal Pétain: que el colaboracionismo del anciano militar fuese una genial estrategia que acabaría derrotando a los nazis. Ni derrotó ni venció, sino que se convirtió en cómplice de los crímenes de los invasores. Su colaboración sólo dio pedigrí legal y propagandístico a los más infames facinerosos. Así también, la cosmética presencia de la Iglesia en esos abortorios de lujo contribuye a establecer una connivencia con el mal que acaba neutralizando cualquier capacidad de objeción. Es una de las formas más graves de corrupción que se dan en la Iglesia, que minan la credibilidad de sus altos dignatarios que ven, oyen y callan. Y que procuran que nadie se fije en ellos respecto a estos temas, cuando tan dados son a llamar la atención en otros totalmente irrelevantes desde la perspectiva de la evangelización.

Ciertamente es muy fácil hacer bonitas y católicas declaraciones sobre la devastadora inmoralidad del aborto. Sin embargo, no podemos olvidar lo que explicaba Benedicto XVI sobre su experiencia juvenil en tiempos del nazismo. Entonces se produjo en Alemania la lucha del gobierno nacional-socialista contra la escuela confesional. Los obispos llevaron a cabo con dureza la batalla en defensa de la escuela, la lucha por la observancia del Concordato que los nazis violaban continuamente. Han quedado grabadas en mi memoria -decía Joseph Ratzinger- las cartas pastorales sobre este asunto que el párroco leía durante las celebraciones dominicales. Ya entonces empecé a darme cuenta de que limitándose a la lucha en defensa de las instituciones, desconocían en parte la realidad. Porque, en efecto, la sola garantía institucional no sirve para nada, si no existen las personas que la sostengan con sus propias convicciones personales y con su acción consecuente. En fin, señor obispo, si además de hablar tan bonito cuando el problema no le salpica, no se remanga y actúa cuando le llega la podredumbre hasta las cejas, es que hay muy poca convicción. O tal vez ninguna.

El paper ho aguanta tot. La realitat mai. ¿Recuerda Mons. Novell? Lo decía Mn. Josep Mª Via Taltavull en sus clases del Seminario y usted fue alumno suyo. Así es, el papel lo aguanta todo, la realidad -los abortos en San Bernabé- nunca. Y sus palabras, Sr. Obispo, sólo son palabras. Se las llevará el viento, mientras los inocentes no nacidos son masacrados en la Berga de La Patum ante su desconcertada (o quizá resignada) mirada episcopal. Es una lástima constatar que también su diócesis pertenece al club. A ese club que juega en la primera división del silencio y de la cómplice resignación en Barcelona, en Tarrasa, en San Feliu y ahora en Berga. Y es que siempre es así: siempre escaseamos en obras y camuflamos esa escasez con palabras. Pero el Evangelio no dice “por sus palabras los conoceréis”, sino Por sus obras los conoceréis (Mt 7, 16).

Custodio Ballester Bielsa, pbro.

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